EL ENTRENAMIENTO DE FUERZA, tiene alteraciones favorables en la composición corporal, con elevación de la masa libre de grasa y el descenso de la grasa total, por lo que estos cambios crean modificaciones en el perfil anti-esterogénico sérico, como la reducción del colesterol HDL y la apolipoproteína B proporcionando un aumento de ácidos grasos linoleicos.
Con el entrenamiento de fuerza mejoramos tanto los factores de riesgo cardio metabólicos en gente joven y sana, como en gente que puede desarrollar enfermedades cardiovasculares futuras.