La generación de nuestros mayores se “libró” en su mayor parte de los ultraprocesados y, aunque pudo coquetear con ellos en algún momento por falta de información, su alimentación es casi en su totalidad con producto fresco. A día de hoy tenemos claro la cantidad de patologías que están asociadas a estos “alimentos” que prácticamente son de reciente incorporación en nuestra cultura alimentaria. Si queremos cuidarnos y mejorar nuestra salud y la de nuestros pequeños, esta es la forma que yo considero: cero ultraprocesados.